He tenido que venir a NY para ver cumplidos dos sueños de la infancia. Primero, encontrar a uno de los diminutos. ¿Os acordáis? Pues existen! He visto uno, en el PS1, un antiguo colegio público convertido en sala de exposiciones del MOMA. En un agujerito no más grande que mi puño hay una pantalla con una chica pidiendo auxilio!! Creo que es lo que más me gustado de todo el centro. Aunque la colección de lágrimas de Laurel Nakadate tampoco estaba mal, se fotografía cada momento de soledad durante todo un año. Ahora bien, de Jodoroski y su pelí… no sé qué pensar. Cómo se puede ser tan friki, subrealista… No comment.
Y mi segundo sueño de infancia ha sido hoy, después de la gay parade he ido con mis compis a Max Brenner. Un restaurante donde, oh, my god, el chocolate es el plato estrella. Así que a todos los que se burlaron cuando en tercero de EGB la profesora nos puso de deber escribir una receta y yo inventé la tortilla de chocolate… hoy he comido: pizza de chocolate!!! Con toppings de plátano y marshmallow (las típicas nubes de golosina blanquitas). En estos momentos, todavía estoy bajo los efectos de una sobredosis de azúcar y con la oxitocina a tope. Porque también hemos comido un coulant con fresas y más chocolate.
Y para bajarlo, qué mejor que mejor que un paseo, y como era el día del orgullo gay, que mejor qué Chelsea! Así que hoy he visto la Carrie Bradshow, que por cierto, en la serie se supone que vive en el Upper East Side, (donde yo). Por cierto, había un cartel de no hacer fotos, pero… cómo que no le hecho caso. Eso sí, me ha sabido mal saltar la cadena de seguridad y he decidido sentarme en la escalera de la casa de al lado para sentirme un poco Carrie, aunque en menos de un minuto el vecino se asomado con cara de pocos amigos y nos hemos ido con las orejas gachas. yo que quería un momento de confesiones sentadas en allí. Otro día… O a la vuelta con mis niñas.
hereiam 