Hacía tiempo que no tenía despistes. Que había conseguido organizarme y ser una persona responsable. Pero se acabó. Me he relajado y he vuelto a las auroradas.
Miércoles tarde: «paso de coger las llaves y el móvil, total para ir al gimnasio». Clase de spining, estoy rota, cenaré cualquier cosa y sofa. Camino a casa me doy cuenta de que me he dejado las llaves y, pienso: en qué mala hora decidí salir sin movil y sin dinero. @#¢∞&!!! Tranquila, la portera tiene una copia de mi llaves… pero… ¿En que piso me dijo que vivía?… bueno, llamaré a cualquier vecino y les pregunto… Iba yo haciendo todos estos razonamiento, cuando… ¡oh, M. mi salvadora! me encontré a mi compi de piso charrando con su amigo. Se burlaron de mi, de mis despistes, de que todos los días salgo y vuelvo a entrar en casa porque me he dejado algo… Me invitaron a una cervecilla y me fui a casa feliz, y consciente de que nunca he dejado las auroradas porque…
Viernes noche: cena con amigas en casa. Llegan pronto. Vamos a tomar unos vinitos. salimos, cierro la puerta y ¡mierda, el paraguas! Un momento que lo cojo. Intento abrir. ¿M., estaban las llaves puestas? Eh… sí… Miro las llaves que llevo en la mano, mierda estas son la copia de emergencia, las mías estaban en la cerradura! ¿Y ahora qué? Voy a preguntarle a Chelo si sabe el teléfono de algún cerrajero. No hay suerte. Sube para intentar ayudarnos. Aparecen dos amigos del vecino, mis amigas les cuentan lo de las llaves. Proponen bajar haciendo escalada desde la azotea del edificio. ¿En serio, eso no es muy Spiderman? Risas, chelo nos manda silencio. ¡Claro, podemos entrar por el balcón del vecino (el de los calzoncillos y la tele alta)! Voy a llamar, chelo me dice que mejor se lo dice ella que le conoce más. Llama al timbre y, por supuesto, él abre en camiseta y calzoncillos. Se mira las piernicas y nos mira avergonzado. No me extraña. Abre la puerta el vecino joven, el de los amigos, se intenta aguantar la risa.El amigo del vecino, un argentino muy mono, entra en la casa. ¿y tenéis el balcón abierto? Mire, ya verás como justo hoy lo he cerrado con el seguro. PEro no. Hay suerte. Se oyen pasos dentro de mi casa, y el argentino monín abre la puerta. Hola, pasad estáis invitadas. M. dice: gracias veniamos a cenar ¿qué nos has preparado? Bromeamos, pero Chelo nos manda callar. Y casi sin dar las gracias, apurados por montar tanto escandalo, nos metemos en casa. Y yo pienso, la situación ha sido tan cómica que parece de sitcom! Lo escribo y no se lo creen, pero fue así como paso. No hay exageraciones ni ornamentos ficticios. Mis amigas, chelo y los vecinos puedan dar fé de ello. En fin, como se suele decir la realidad supera la ficción.
PD: si alargas un poco la camiseta, le quitas la «s» de Superman y la coloreas de granate, Homer es mi vecino antes de abrirnos la puerta. Es clavado!
hereiam 