Nunca había visto una parade similar. Vestidos elaboradísimos, otros no tanto, algunos con crítica social incluida o rememorando el alunizaje de Melies… la calle estaba tomada por sirenas, neptunos y demás criaturas marinas dispuestos a pasárselo bien medio en bolas. La verdad es que no pude evitar acordarme el año en que pensábamos disfrazarnos de sirenas o de hawaianas en Olba, y la broma de si teníamos que llevar conchas de vieras, pechinitas otras, y caparazones de tortuga milenaria las más afortunadas. Aquí todas iban exhibiendo delantera y cuerpo de lo más orgullosas, y daba igual si en vez de modelos de pasarela pudieran haber sido musas de Rubens.
Así que yo pensé a la porra con la operación biquini, me voy a comer un perrito caliente en Nathan’s, riquísimo. Y hubiera repetido, pero como luego queríamos subir a la montaña rusa, no quise tentar a la suerte y me quedé con ganas de probar el hot dog con chili. Pero vamos como tope dos, desde luego nunca podría comerme los más de 40 que se comió el año pasado la ganadora del hot dog contest que se celebra aquí cada 4 de julio!! Y creo que en poco tiempo por la primera vez que se celebró se comieron dos, la siguiente 3, y ahora ya van por 40 las chicas, y más de 60 los hombres. Menudo estómago!!! Como para subir luego en la montaña rusa…
Y no porque tenga muchos loopings o bajadas de vértigo, no. El Ciclone es una montaña rusa histórica que data 1927. Y por el crujir de las maderas y el chirriar de los vagones, yo creo que no ha sido reformado desde entonces. Así que en un acto de valentía subimos a esa, y a otra más moderna, en que vas tumbada volando a lo superman. Impresionante. Y definitivamente, me alegré de no haberme comido el hot dog con chili!
PD: Para verme después con el subidón de adrenalina intentando hablar en inglés! Para morirse. Mis nuevos amigos aprendieron una frase en castellano: joder, qué pasada. Qué es lo primero que dije al bajar. Hay momentos en que se me olvida que estoy en NY.
hereiam 